jueves, 5 de octubre de 2017

EPÍSTOLAS SURIANAS (Carta a Don Héctor) De Julio Ayala Carlos

AL IGUAL QUE LO HACE CON LOS alcaldes del PRD, entre ellos el de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, quien una y otra vez es objeto de ayuda para atender y dar solución a problemas torales del municipio porteño, el gobierno del estado hizo lo propio con el de Chilpancingo, para empezar a resolver, de una vez por todas, el problema de la basura en la ciudad capital, el cual por cierto enfrenta la mayoría de los municipios de Guerrero, y más en el 2018, cuando por ley, todos los ayuntamientos deberán tener, no un basurero, sino un relleno sanitario.

El dirigente del PRI en ese municipio, Fermín Alvarado Arroyo, lo dice bien claro: “De no ser por el apoyo del gobierno del estado, Acapulco  no tendría obra pública ni gobernabilidad. Es decir, Acapulco estaría peor de lo que está”, lo cual sin duda tiene mucho de cierto, pues el gobierno que encabeza Velázquez Aguirre, como todos los gobiernos municipales del estado, difícilmente pueden hacerle frente, por sí solos, a los grandes problemas que enfrentan a diario.

Por eso no es de extrañar que el gobierno estatal, el que encabeza Héctor Astudillo Flores, de manera solidaria apoye al gobierno municipal de Chilpancingo que preside Marco Antonio Leyva Mena, en lo que tiene que ver con el problema de la basura. Y no tiene nada de extraño porque al de Acapulco, como a los otros 80 ayuntamientos, los ha apoyado, también de manera solidaria, para resolver los problemas que los aquejan.

¿Es de extrañarse el apoyo que brinda el gobernador del estado a los presidentes municipales? Yo digo que no, porque, en concreto, el Ejecutivo estatal es el responsable, en última instancia, de lo que ocurre en el estado, de tal forma que una y otra vez, cuantas veces sea necesario, acude a los municipios para brindarles ayuda a los alcaldes, para que éstos resuelvan los problemas que tienen.

La contingencia por las lluvias, y por el temblor del 19 de septiembre es un ejemplo de ello. El gobernador del estado acudió en auxilio no solo de los presidentes municipales, sino también de la población afectada, y el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, hizo lo propio en apoyo de los gobernadores de los estados damnificados.

En consecuencia, el que el gobernador Héctor Astudillo Flores haya intervenido en el problema de la basura que enfrenta Chilpancingo, debe entenderse como una acción de apoyo solidario ante una emergencia producida por la falta de un relleno sanitario, que si bien el Ayuntamiento capitalino lo tiene en terrenos de la comunidad de Matlalapa, su operación se encuentra detenida por un conflicto político con el alcalde Hosseín Nabor Guillén, en razón de que la celda emergente construida se encuentra en terrenos de Tixtla, aunque legalmente el propietario del predio es el municipio de Chilpancingo.

Hay que decirlo. Chilpancingo, y el gobierno municipal que encabeza Leyva Mena, tenía resuelto el problema de la basura con la celda emergente en Matlalapa, que aparte de ser de su propiedad, al contar con todos los registros, cuenta con la aprobación de todas las instancias estatales y federales del medio ambiente. El problema surgió, hay que decirlo, por la oposición política del alcalde tixtleco que, ante la necesidad del gobierno capitalino, pretendió sacar raja política y económica para su beneficio.

Quienes saben de rellenos sanitarios, es decir los expertos en la materia, y no los políticos de medio pelo, ni mucho menos los que en las redes sociales cobran venganzas personales, saben que habilitar una nueva celda para depositar los residuos no es nada fácil, pues además de recursos millonarios, se requiere de un predio que cumpla con las especificaciones que  exige la ley y la aprobación de las instancias de gobierno, además de un determinado tiempo para construirla.

En fin. Finalmente con la intervención del gobernador del estado, el problema de la basura en Chilpancingo se encuentra en vías de solución, y de acuerdo a información precisa, de manera definitiva, o al menos para un periodo de 30 a 40 años. Sin duda no ha sido fácil, porque además en este problema se han mezclado los intereses políticos y partidistas, con el fin de debilitar al gobierno capitalino, a su presidente municipal, y al partido que lo gobierna. ¡Y cómo no si ya se está en el proceso electoral!

¿Qué la intervención del gobernador Héctor Astudillo, en lo de la basura en Chilpancingo es una muestra de la incapacidad del alcalde Marco Antonio Leyva? Si esa es la lógica, entonces por lo menos el presidente municipal de Acapulco, el perredista Evodio Velázquez, es doblemente ineficiente, pues son más de dos veces en que el mandatario estatal ha acudido en auxilio del edil porteño.

Comentarios: julio651220@hotmail.com


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